He de seguir así, Gregorio García Suárez

miércoles, 28 de noviembre de 2007


HE DE SEGUIR ASÍ

Y he de seguir así, apretando tu adiós en mi mano,

estrellando tu nombre en la esquina del tiempo
He de seguir así, diciendo cosas tuyas a la noche,
abrazado a la orilla del recuerdo.
He de seguir así, llevándote en mis sienes,
sintiéndote en el viento, besándote en la nieve,
buscando tu presencia a cada paso,
y tu voz en el agua sonora de las fuentes.
Y he de seguir así soñando en mi camino
que no te has ido nunca
y sigues a mi lado
porque te has quedado atrás unos instantes
a pensar cómo son por dentro las estrellas.

Día lluvioso

miércoles, 21 de noviembre de 2007
Llueve. Oyes el sonido de la lluvia de fondo, casi imperceptible; es la banda sonora de la película de hoy. Tumbada en esa yacija, proyectas tus recuerdos hacia el frente, hacia ese techo blanco que te recibe cada mañana, nada más abrir los ojos. Ahora te gustaría despertar de esa pesadilla, descansar en una nueva realidad. Pero ya estás en la realidad, los sueños que tejes con hilos imposibles sólo existen dentro de ti. Sabes que no le importan a nadie, tú no le importas a nadie, y además, tampoco es posible entender nada. No se puede entender –tú misma tampoco entiendes- que te rompas cada vez que ves sufrir a una persona que nunca tendrá nada que ver contigo, totalmente ajena a ti, en el tiempo, en la distancia, en todo. Pero lo quieres, jamás habías estado tan segura de algo, y sabes que ese amor perdurará por siempre en tus entrañas. Sufres por él sin que siquiera se dé cuenta, en el punzante silencio, en esa oscura soledad. Y nunca podrás transmitirle tu pesar, ya lo has asumido: te pudrirás en el silencio de este lado. Sigue lloviendo. Las lágrimas se deslizan por tu rostro al compás de las gotas que golpean la ventana de tu habitación.

Nubes de verano

jueves, 15 de noviembre de 2007
El cielo,
con la llegada del estío,
amaneció cubierto de sólidas nubes.
Tu luz
se perdió al otro lado,
y yo me perdí en la oscura
desesperación.
Eran nubes de verano
que dejaron lluvias sobre el campo,
y lágrimas en mi rostro.
Finalmente, el verano se perdió
en el sumidero del tiempo,
y con él, las nubes de tu ausencia.
Ahora el sol,
aunque tímidamente,
se pasea a veces por el cielo.
No irradia calor,
es sólo un sol de invierno.
Pero eso es lo único
que cabe esperar
en estas gélidas solitarias latitudes.

Négatif, Benjamin Biolay

miércoles, 14 de noviembre de 2007


Du dernier décan
Je suis natif
Je suis turbulent
Je suis négatif
Poussé par le vent
Sur quelques ifs
Me suis vidé de mon sang
Trop émotif
Je rêve d'un printemps
Définitif
Car mon âme n'est que tourments
D'une épitaphe
Gravée pour longtemps
Dans les récifs
Je reste pourtant
Dubitatif

Face à l'étendue
De ma peine
Que n'ai-je entendu
Les sirènes?
Face à l'étendue de ma peine
Je me baignerai nu
Dans la Seine

Mais mort ou vif
Je reste négatif
Puisque tout fout
Le camp

Palabra clave

lunes, 12 de noviembre de 2007
“¿Cómo se llamaba?”, me repetí incesantemente mientras él se perdía absorbido por la multitud del andén. Minutos antes, compartiendo vagón, había vuelto a sentir el fuego helador de antaño en un par de cruces de miradas. Pronunció su nombre durante la conversación telefónica que mantuvo en el trayecto, y me concentré en guardarlo en el bolsillo de la memoria, como una llave maestra que podría conducirme hasta él: era lo único que conocía de su persona.

Ensimismada, apenas me di cuenta de que se disponía a apearse en la siguiente estación, abandonando el vagón de ese tren al que nuestras vidas, fortuitamente, se subieron a la par. Yo también me bajé, no podía dejar perderlo sin haberlo intentado antes. Debía gritar su nombre, pero… ¿cómo era, cómo se llamaba…? “¡Javier!”, escupí finalmente, y logré que se volviera. Y en ese momento construimos un puente entre nuestras miradas, que sirvió para que, desde entonces, compartiésemos el mismo lado del río.



Decidí matarme varias veces, Santiago Núñez Pedregosa

lunes, 5 de noviembre de 2007
Decidí matarme varias veces
y al menos un par de ellas lo conseguí.

La primera me tiré de lleno
a tus labios entreabiertos,
-claro suicidio- dirían luego los forenses.

La segunda volví de vacío
después de haber ido a por tabaco,
-suicidio evidente- contarían después las vecinas.

Abandonadas las tendencias suicidas
ahora tan solo te contemplo

y me muero poco a poco.


Santiago Núñez Pedregosa

[Naranjas rosas...]

sábado, 3 de noviembre de 2007
Naranjas rosas
en un cerezo azul verdemar
navegando por las ramas de tu océano
en el silencio de los gritos de los mares

Sueños rotos por el insomnio
De tu brisa
Que se agolpan en el crepúsculo
De crema de cacahuete
Y rompen las lágrimas
De la fría noche

Amanecer eterno
Mis manos

Tú.

Diccionario de fobias

viernes, 2 de noviembre de 2007
Hace unos días encontré una página que me llamó mucho la atención. Era un diccionario de fobias. Sabía que existían muchos diccionarios de diferentes tipos, pero no creía que hubiese tantas clases de miedos o fobias como para que se requiriese un diccionario… pero sí que las hay. Y precisamente no son pocas, como podéis comprobar aquí.

Y es que, además de las típicas claustrofobia, hidrofobia o fotofobia, se pueden encontrar multitud de fobias que, la verdad, no tenía ni idea que existían. Por ejemplo, atomosofobia (que es el miedo a las explosiones nucleares), papafobia (miedo a ¡los papas!), optofobia (miedo a abrir los ojos), diplopliafobia (miedo a ver doble y a las enfermedades oculares)...

Sin embargo, hay otras bastante comunes cuyo nombre no solemos emplear. Musofobia es un claro ejemplo, pues los ratones no gozan de gran aprecio entre la mayoría de los humanos. Y, tristemente, cada vez es más común la bibliofobia; hay gente que parece coger un trauma si se ve obligada a leer un libro...

Bueno, y en lo que a mí respecta... tengo que decir que padezco esfecsofobia. No tengo miedo, sino pánico, a esos graciosos insectos voladores que tienen la afición de dejar huella con su aguijón, que son las avispas.


Por último, no me explico quién puede tener miedo de las nubes (nefofobia), la luna (selenofobia) o las estrellas (siderofobia)...