Inventario, Roger Wolfe

sábado, 31 de agosto de 2013
Caminos equivocados, Kasia Derwinska

INVENTARIO

Un cuerpo amado que se pierde
antes siquiera de haberlo hallado,
es un adiós pequeño, un incesante
adiós que cuelga hacia el vacío.

¡Y qué vacío entonces
te va surcando el alma, impune!
Esa tristeza aboca en otros cuerpos
que se rozan contigo entre los días.

Los cuerpos no saben, no saben nunca
del dolor que siembran a su paso.



Roger Wolfe, Noches de blanco papel (Poesía 1986 - 2001), Huacanamo, Barcelona, 2008, p. 25.

Nunca fue tan fácil tenerlo todo, Jorge Riechmann

jueves, 29 de agosto de 2013
El palacio de cortinas, III, René Magritte


NUNCA FUE TAN FÁCIL TENERLO TODO

   Lema publicitario de una promoción inmobiliaria, leído en La Coruña: «Nunca fue tan fácil tenerlo todo».
   Nos hacemos humanos jugándonosla en las elecciones decisivas, eligiéndonos: eso no lo sabían solamente los existencialistas franceses, sino que lo incorporaban a su entramado social —por ejemplo, en forma de ritos de paso— todas las culturas tradicionales. Hoy, el mensaje que el productivismo contemporáneo repite sin cesar es: no tienes que renunciar a nada.
   Quien se lo cree renuncia a sus posibilidades de llegar a ser una mujer o un hombre maduro —pues eso implicaría elegir, y por tanto renunciar.


Jorge Riechmann, Fracasar mejor, Olifante, Tarazona, 2013, p. 73.

Lucas, sus intrapolaciones; Julio Cortázar

lunes, 26 de agosto de 2013
Pulpo, Keng Lye

LUCAS, SUS INTRAPOLACIONES

   En una película documental y yugoslava se ve cómo el instinto del pulpo hembra entra en juego para proteger por todos los medios a sus huevos, y entre otras medidas de defensa organiza su propio camuflaje amontonando algas y disimulándose tras ellas para no ser atacada por las murenas durante los dos meses que dura la incubación.
   Como todo el mundo, Lucas contempla antropomórficamente las imágenes: el pulpo decide protegerse, busca las algas, las dispone frente a su refugio, se esconde. Pero todo eso (que en una primera tentativa de explicación igualmente antropomórfica fue llamado instinto a falta de mejor cosa) sucede fuera de toda conciencia, de todo conocimiento por rudimentario que pueda ser. Si por su parte Lucas hace el esfuerzo de asistir también como desde fuera, ¿qué le queda? Un mecanismo, tan ajeno a las posibilidades de su empatía como el moverse de los pistones en los émbolos o el resbalar de un líquido por un plano inclinado.
   Considerablemente deprimido, Lucas se dice que a esas alturas lo único que cabe es una especie de intrapolación: también esto, lo que está pensando en este momento, es un mecanismo que su conciencia cree comprender y controlar, también esto es un antropomorfismo aplicado ingenuamente al hombre.
   «No somos nada», piensa Lucas por él y por el pulpo.


Julio Cortázar, Un tal Lucas, Punto de Lectura, Madrid, 2008, pp. 31-32.

[Hemos aprendido a escribir...], Roberto Juarroz

jueves, 22 de agosto de 2013
Silencio blanco, Pavel Tereshkovets


   Hemos aprendido a escribir sobre todas las superficies, hasta sobre el agua. Pero no hemos aprendido a escribir encima del silencio, quizá porque no sabemos escribir con el silencio.


Roberto Juarroz, Poesía vertical, Cátedra, Madrid, 2012.

La frase, Ramón Eder

martes, 20 de agosto de 2013
Cielo gris, Georg Baselitz
LA FRASE

Las palabras que ella dijo
aún se oyen diez años después en los aeropuertos,
en las playas, en el jardín y en la cocina.
Resuenan un momento,
actuando sobre los músculos del rostro,
y se van para volver en el momento más inoportuno.
A veces resuenan como truenos,
otras, con el sonido irónico del clarinete,
y a las noches como un zumbido turbador.
Pasan meses y pasan años
acalladas con éxitos mundanos,
con copias lujuriosas y con premios al tesón.
Pero nunca enmudecerán del todo,
porque nadie olvida la frase
con la que fue expulsado del paraíso.


Ramón Eder, Lágrimas de cocodrilo, Hiperión, Madrid, 1988.

El vengador, Óscar Acosta

lunes, 19 de agosto de 2013
Cúpula de cenizas, David Nash

EL VENGADOR

   El cacique Huantepeque asesinó a su hermano en la selva, lo quemó y guardó sus cenizas calientes en una vasija. Los dioses mayas le presagiaron que su hermano saldría de la tumba a vengarse y el fratricida, temeroso, abrió dos años después el recipiente para asegurarse que los restos estaban allí. Un fuerte viento levantó las cenizas cegándole los ojos para siempre.

Óscar Acosta


Miguel Díez R. (editor), Antología de cuentos e historias mínimas (siglos XIX y XX), Espasa Calpe, Madrid, 2002, pp. 386-387.

[La fuerza del cielo], Joan Margarit

sábado, 17 de agosto de 2013
Días del cielo, Ánxela Pérez Meilán


   Sé que no es prudente que busque los lugares del recuerdo si no quiero que peligre el sentido, débil y lejano, que aún tienen aquellos días. No he de buscar nunca en el mundo real los lugares de la memoria. Hay una relación con las propias falsedades que no resistiría ningún tipo de existencia más allá de la mental. Miro el cielo, veo las nubes avanzando como trenes silenciosos. El cielo es lo único que —a pesar de Heráclito— puedo pensar que es igual que en la infancia. La ilusión es la fuerza del cielo. Desconfío del recuerdo, como del sexo, pero los dos me atan a la vida. Siempre se desconfía de lo más importante, esa es nuestra cobardía.


Joan Margarit, Se pierde la señal, Visor, Madrid, 2013, p. 163.

[Que no vengan...], Samuel Beckett

jueves, 15 de agosto de 2013
 
Nº 14 (1960), Mark Rothko

   Que no vengan a hablarme de la luna, en mi noche no hay luna, y si alguna vez hablo de las estrellas se debe a un descuido.

Samuel Beckett, Molloy, Alianza, Madrid, 2012, p. 21.

Inundación, Gabriel Jiménez Emán

miércoles, 14 de agosto de 2013

INUNDACIÓN

   Una mañana, la mujer de Tesalio lo despertó para decirle:
   —Mi amor, estamos inundados.
   —No importa —respondió Tesalio entre dientes, dando vueltas en la cama y sin abrir los ojos—, sacamos el agua y asunto arreglado.
   —Es imposible —replicó ella—, estamos en el mar.
   —Ah, entiendo —dijo Tesalio.
   Y se ahogaron.


Gabriel Jiménez Emán, El hombre de los pies perdidos, Thule, Barcelona, 2005, p. 50.

[Los efectos de la sombra], Jun'ichirō Tanizaki

domingo, 11 de agosto de 2013

   Algunos dirán que la falaz belleza creada por la penumbra no es la belleza auténtica. No obstante, como decía anteriormente, nosotros los orientales creamos belleza haciendo nacer sombras en lugares que en sí mismos son insignificantes. Hay una vieja canción que dice:

Ramajes
reunidlos y anudadlos
una choza
desatadlos
la llanura de nuevo
   
   Nuestro pensamiento, en definitiva, procede análogamente: creo que lo bello no es una sustancia en sí sino tan solo un dibujo de sombras, un juego de claroscuros producido por la yuxtaposición de diferentes sustancias. Así como una piedra fosforescente, colocada en la oscuridad, emite una irradiación y expuesta a plena luz pierde toda su fascinación de joya preciosa, de igual manera que la belleza pierde su existencia si se le suprimen los efectos de la sombra.


Jun'ichirō Tanizaki, El elogio de la sombra, Siruela, Madrid, 1994, p. 69.

Amor 77, Julio Cortázar

viernes, 9 de agosto de 2013
Abrazo, Eikoh Hosoe

AMOR 77

   Y después de hacer todo lo que hacen, se levantan, se bañan, se entalcan, se perfuman, se peinan, se visten, y así progresivamente van volviendo a ser lo que no son.


Julio Cortázar, Un tal Lucas, Punto de Lectura, Madrid, 2008, p. 103.

[Un poco de frío], William Faulkner

martes, 6 de agosto de 2013
Un frío destello de las almas, Derick Hegarty


   Hay que hacerse a la idea de que siempre va a tener un poco de frío, aun en cama, y hay que seguir trabajando. Después de un tiempo uno se acostumbra y se olvida y ni siquiera se da cuenta que tiene frío porque se olvida lo que es calor.


William Faulkner, Las palmeras salvajes, Edhasa, Madrid, 2004, p. 214.

[Rumbo], Ryszard Kapuściński

lunes, 5 de agosto de 2013
Ir hacia ninguna parte, Kasia Derwinska


   Son muy pocas las veces en que somos dueños del rumbo de nuestra vida y de las decisiones que tomamos respeto a nosotros mismos. Y es que nos guían no sólo las órdenes y disposiciones de otros. Nos basta con sus presiones, sugerencias, opiniones, deseos... A menudo resulta suficiente el estado de ánimo de otra persona para que se derrumbe nuestra seguridad y cambien nuestros planes. Y a pesar de que esa sumisión ante las voces, a veces, tan sólo las miradas de otros, parece dar fe de nuestra debilidad, a menudo se trata de algo muy positivo. Puede salvarnos de dar un salto al vacío.


Ryszard Kapuściński, Lapidarium IV, Anagrama, Barcelona, 2003.

Revelación, Michel Gaztambide

jueves, 1 de agosto de 2013
La batalla del Nilo, William Lionel Wyllie
   
REVELACIÓN

¿La vida?
Detrás, el voraz incendio.
Delante, un profundo
mar.
Y no sabes nadar.


Michel Gaztambide, Moscas en los incunables, Huacanamo, Barcelona, 2011.