[Disecarse en vida], António Lobo Antunes

sábado, 29 de noviembre de 2014

El espejo, Andréi Tarkovski


   Aquí, pensó el médico, desagua la última miseria, la soledad absoluta, lo que no podemos soportar en nosotros mismos, los más escondidos y vergonzosos de nuestros sentimientos, lo que en los demás llamamos locura que es al final la nuestra y de la cual nos protegernos etiquetándola, comprimiéndola con rejas, alimentándola con pastillas y gotas para que siga existiendo, concediéndole permiso de salida el fin de semana y encaminándola rumbo a una «normalidad» que probablemente consiste solo en disecarse en vida.


António Lobo Antunes, Memoria de elefante, Debolsillo, Barcelona, 2014, pp. 38-39.
 

Por qué escribimos, Roque Dalton

jueves, 27 de noviembre de 2014
Aquellos que están aquí otra vez, Daniel Richter

POR QUÉ ESCRIBIMOS

Uno hace versos y ama
la extraña risa de los niños,
el subsuelo del hombre
que en las ciudades ácidas disfraza su leyenda,
la instauración de la alegría
que profetiza el humo de las fábricas.

Uno tiene en las manos un pequeño país,
horribles fechas,
muertos como cuchillos exigentes,
obispos venenosos,
inmensos jóvenes de pie
sin más edad que la esperanza,
rebeldes panaderas con más poder que un lirio,
sastres como la vida,
páginas, novias,
esporádico pan, hijos enfermos,
abogados traidores
nietos de la sentencia y lo que fueron,
bodas desperdiciadas de impotente varón,
madre, pupilas, puentes,
rotas fotografías y programas.

Uno se va a morir,
mañana,
un año,
un mes sin pétalos dormidos;
disperso va a quedar bajo la tierra
y vendrán nuevos hombres
pidiendo panoramas.

Preguntarán qué fuimos,
quiénes con llamas puras les antecedieron,
a quiénes maldecir con el recuerdo.

Bien.
Eso hacemos:
custodiamos para ellos el tiempo que nos toca.


Roque Dalton, Antología, Visor, Madrid, 2007, pp. 26-27.
 

[Lo numerable], Byung-Chul Han

miércoles, 26 de noviembre de 2014
Cascada #1, Akiko Takizawa


   La palabra «digital» refiere al dedo (digitas), que ante todo cuenta. La cultura digital descansa en los dedos que cuentan. Historia, en cambio, es narración. Ella no cuenta. Contar es una categoría poshistórica. Ni los tweets ni las informaciones se cuentan para dar lugar a una narración. Tampoco la timeline (línea del tiempo) narra ninguna historia de la vida, ninguna biografía. Es aditiva y no narrativa. El hombre digital digita en el sentido de que cuenta y calcula constantemente. Lo digital absolutiza el número y el contar. También los amigos de Facebook son, ante todo, contados. La amistad, por el contrario, es una narración. La época digital totaliza lo aditivo, el contar y lo numerable. Incluso las inclinaciones se cuentan en forma de «me gusta». Lo narrativo pierde importancia considerablemente. Hoy todo se hace numerable, para poder transformarlo en el lenguaje del rendimiento y de la eficiencia. Así, hoy deja de ser lo que no puede contarse numéricamente.


Byung-Chul Han, En el enjambre, Herder, Barcelona, 2014, p. 60.
 

Todo, nada, Roger Wolfe

lunes, 24 de noviembre de 2014
Azul roto, John Ferren

TODO, NADA

Cuando todo son
malas noticias
o simplemente —y peor—
todo es una gigantesca
ausencia de noticias
hace falta algo
para sacar fuerzas
de donde no las hay
y seguir con la comedia.
El teléfono es Dios
que se ha callado.
El buzón se ha transformado
en papelera.
La gente
a la que alguna vez
hemos querido
es un recuerdo
que se pudo haber soñado.
Cualquier cosa puede servir
y nada sirve:
la muerte de alguien
que nos roce muy cerca.
Una amenaza de desahucio
por impago de alquiler.
El diagnóstico de alguna
enfermedad, si no fatal
entretenida al menos.
Un ataque
de migraña.
Un tumulto histérico
en la calle.
Una vieja
comiéndose un plátano
en un banco,
bajo la lluvia.
Lo que sea
menos este asco incoloro
en que se pudre el corazón.
Bombeando
por pura incapacidad
para otra cosa.


Roger Wolfe, Mensajes en botellas rotas, Renacimiento, Sevilla, 1996, pp. 29-30.
  

[Un ciego espera los ojos], António Lobo Antunes

domingo, 23 de noviembre de 2014
 Espera, Marcel Marien


   La imagen de la mujer a su espera entre los mangos de Marimba plagados de murciélagos aguardando el crepúsculo se le apareció en una punzada de añoranza violentamente física como una víscera que estalla. Te amo tanto que no sé amarte, amo tanto tu cuerpo y lo que en ti no es tu cuerpo que no comprendo por qué nos perdemos si a cada paso te encuentro, si siempre al besarte besé más que la carne de la que estás hecha, si nuestro matrimonio se consumió de juventud como otros de vejez, si después de ti mi soledad se acrecienta con tu olor, con el entusiasmo de tus proyectos y con la redondez de tus nalgas, si me sofoco con la ternura de la que no logro hablar, aquí en este momento, amor, me despido y te llamo sabiendo que no vendrás y deseando que vengas del mismo modo que, como dice Molero, un ciego espera los ojos que encargó por correo.


António Lobo Antunes, Memoria de elefante, Debolsillo, Barcelona, 2014.
 

[Organizar el olvido], Miguel Amorós

viernes, 21 de noviembre de 2014
Memoria rota, Ibrahim Yıldız


   Los nuevos métodos urbanistas tratan de borrar huellas históricas, de organizar el olvido. Si el urbanismo desarrollista tardó en eliminar las últimas señales de los combates sostenidos los antiguos habitantes contra las clases que les oprimían, el urbanismo totalitario actual, que planifica a lo grande, cambia la identidad de las ciudades como de traje [...]. Las nuevas edificaciones transfieren a la ciudadanía la experiencia de una soledad extrema. A fuer de encontrarse en todas partes constituyendo no lugares, fijan la identidad del poder global, mostrando su barbarie tecnológicamente equipada por todo el planeta. Es la única identidad que puede poseer la no ciudad, paisaje exclusivo de la ausencia histórica.


Miguel Amorós, "Urbanismo y orden", Las armas de la crítica, Virus-Pepitas-Muturreko, Bilbao, 2003.
 

[El hombre no está hecho...], Ernest Heminway

jueves, 20 de noviembre de 2014
Río amarillo, Alexander Tinei


   El hombre no está hecho para la derrota. Un hombre puede ser destruido, pero no derrotado.


Ernest Hemingway, El viejo y el mar, Círculo de Lectores, Barcelona, 1973, p. 134.

[Lo infinitamente despreciable], Jorge Riechmann

martes, 18 de noviembre de 2014


   Una cultura humana viable tendría que enseñarnos a asustarnos de nosotros mismos: a sentir asombro y maravilla y terror ante aquello que el anthropos es capaz de hacer [...]. Deberíamos tener miedo de nuestro amor por la crueldad, de nuestra disposición a la servidumbre voluntaria, de nuestra descomunal potencia tecnológica, de la suma limitación de nuestra racionalidad, de nuestra capacidad de indiferencia, de nuestra tolerancia frente al mal, de nuestro tribalismo, y de nuestra inserción en el fetichismo de la mercancía. Pero, lejos de ello, la cultura dominante es hoy sobre todo marketing, distracción, frivolidad e invitación al infantilismo.
   Asustarnos de nosotros mismos, y no despreciar al otro. El fascismo es el desprecio: lo repetimos —de nuevo con Albert Camus—, y por eso nos tentamos la ropa una y cien veces antes de dejarnos arrastrar por la pasión del desprecio. Y, sin embargo, sabemos que hay algo que siempre y en todo lugar es infinitamente despreciable: la indiferencia ante el dolor del otro.


Jorge Riechmann, Moderar extremistán, Díaz & Pons, Madrid, 2014, pp. 155-156.

[Lo que llamamos camino], Franz Kafka

domingo, 16 de noviembre de 2014


   Existe una meta, pero no un camino; lo que llamamos camino son vacilaciones.


Franz Kafka, Aforismos de Zürau, Sexto Piso, Madrid, 2005.
  

[Esta casa], Toni Morrison

viernes, 14 de noviembre de 2014

Esta casa ¿de quién es?
¿De quién es la noche que impide que entre
la luz?
Di, ¿a quién pertenece esta casa?
Mía no es.
Yo soñé otra, más acogedora, más luminosa,
con vistas a lagos que surcan barcos pintados,
a anchos campos abiertos ante mí como brazos.
Es extraña esta casa.
Sus sombras mienten.
Di, contesta, ¿por qué entra mi llave en la cerradura?


Toni Morrison, Volver, Lumen, Barcelona, 2013, p. 9.
 

La pérdida de la inocencia, Rafael Argullol

martes, 11 de noviembre de 2014
Hielo y sangre, Anselm Kiefer


LA PÉRDIDA DE LA INOCENCIA

    Conocer es aceptar introducirse en un laberinto en el que ninguna de las salidas es inocente.


Rafael Argullol, El cazador de instantes, Acantilado, Barcelona, 2007, p. 97.
 

[La perturbación de las distancias], John Berger

sábado, 8 de noviembre de 2014
 Los grandes viajes, René Magritte


   La perturbación de las distancias. Una perturbación a la que sólo se puede acomodar uno adoptando una visión aérea, conforme a la cual los kilómetros se transforman en milímetros, pero el tamaño del corazón humano no se reduce nunca.


John Berger, El cuaderno de Bento, Alfaguara, Madrid, 2012, p. 165.
 

[Y qué dicen los pájaros], Kurt Vonnegut

martes, 4 de noviembre de 2014
 Yosuke Yamahata
 
 
   Mira, Sam, si este libro es tan corto, confuso y discutible, es porque no hay nada inteligente que decir sobre una matanza. Después de una carnicería sólo queda gente muerta que nada dice ni nada desea; todo queda silencioso para siempre. Solamente los pájaros cantan.
   ¿Y qué dicen los pájaros? Todo lo que se puede decir sobre una matanza; algo así como «¿Pío-pío-pi


Kurt Vonnegut, Matadero cinco, El Mundo, Madrid, 2002, pp. 35-36.
 

[Luna creciente...]

domingo, 2 de noviembre de 2014
Entrada al cielo, Christian Schloe



Luna creciente,
días que menguan. Sólo
tú en mí inmutable.

[Hay que fijarse mucho...], Don DeLillo

sábado, 1 de noviembre de 2014
Zdzisław Beksiński


   Hay que fijarse mucho para ver lo que ocurre delante de uno. Cuesta trabajo, supone un abnegado esfuerzo, ver lo que está uno mirando. Era algo que lo tenía hipnotizado, las profundidades posibles en la desaceleración del movimiento, las cosas que ver, la profundidad de las cosas tan fácil de no ser percibida en la costumbre superficial de ver.
   La gente a veces proyectando sombras en la pantalla.


Don DeLillo, Punto omega, Seix Barral, Barcelona, 2010, pp. 21-22.